En esta investigación como parte de la asignatura de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos recopilamos datos de la ubicación, el territorio, los estilos de vida, como se gobernaba y colocamos unas imágenes de cómo era La Zona del Canal en los años de vigencia.
Para
los Panameños que amamos nuestra patria y que logramos ya casi al final del periodo
experimentar lo que fue la Zona del Canal es muy interesante volver a leer y
familiarizarnos con todo lo que aquí ocurría. También incluimos datos de lo que
fueron los Zonian.
Esperamos
este trabajo de investigación logre cumplir que los requisitos para la
calificación y culminación de la asignatura.
Entre
los más grandes esfuerzos pacíficos de la humanidad que han contribuido
significativamente con el progreso en el mundo, la construcción del Canal se
destaca como un logro que inspira admiración. Este triunfo de ingeniería sin
paralelo fue posible gracias a una fuerza internacional bajo el liderazgo de
visionarios estadounidenses, que hizo realidad el sueño de siglos de unir los
dos grandes océanos.
En
1534, Carlos V de España ordenó el primer estudio sobre una propuesta para una
ruta canalera a través del Istmo de Panamá. Más de tres siglos transcurrieron
antes de que se comenzara el primer esfuerzo de construcción. Los franceses
trabajaron por 20 años, a partir de 1880, pero las enfermedades y los problemas
financieros los vencieron.
En
1903, Panamá y Estados Unidos firmaron un tratado mediante el cual Estados
Unidos emprendió la construcción de un canal interoceánico para barcos a través
del Istmo de Panamá. El año siguiente, Estados Unidos compró a la Compañía
Francesa del Canal de Panamá sus derechos y propiedades por $40 millones y
comenzó la construcción. Este monumental proyecto fue terminado en 10 años a un
costo aproximado de $387 millones. Desde 1903, Estados Unidos ha invertido
cerca de $3 mil millones en la empresa canalera, de los cuales aproximadamente
dos tercios fueron recuperados.
La
construcción del Canal de Panamá conllevó tres problemas principales:
ingeniería, saneamiento y organización. Su exitosa culminación se debió
mayormente a las destrezas en ingeniería y administración de hombres tales como
John F. Stevens y el coronel George W. Goethals, y a la solución de inmensos
problemas de salubridad por el coronel William C. Gorgas.
Los
problemas de ingeniería incluían cavar a través de la Cordillera Continental,
construir la represa más grande del mundo en aquella época, diseñar y construir
el canal de esclusas más imponente jamás imaginado, construir las más grandes
compuertas que jamás se han colgado, y resolver problemas ambientales de
enormes proporciones.
En
1977, Estados Unidos y Panamá se unieron en una asociación para la
administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá. De acuerdo con
dos tratados firmados en una ceremonia en las oficinas de la OEA en Washington,
D.C., el 7 de septiembre de 1977, el Canal debía ser operado hasta el final del
siglo bajo arreglos diseñados para fortalecer los lazos de amistad y
cooperación entre los dos países. Los tratados fueron aprobados en Panamá en un
plebiscito el 23 de octubre de 1977 y el Senado de los Estados Unidos dio su
aprobación y consentimiento para su ratificación en marzo y abril de 1978. Los
nuevos tratados entraron en vigor el primero de octubre de 1979.
La
Comisión del Canal de Panamá, una agencia del gobierno de los Estados Unidos,
operó el Canal durante la transición de 20 años que comenzó a partir de la
implementación del Tratado del Canal de Panamá el primero de octubre de 1979.
La Comisión funcionó bajo la supervisión de una junta binacional formada por
nueve miembros. Durante los primeros 10 años del período de transición, un
ciudadano estadounidense sirvió como administrador del Canal y un panameño era
el subadministrador. A partir del primero de enero de 1990, de acuerdo con lo
establecido por el tratado, un panameño sirvió como administrador y un
estadounidense como subadministrador.
La
Comisión del Canal de Panamá reemplazó a la antigua Compañía del Canal de
Panamá, la cual, junto a la antigua Zona del Canal y su gobierno,
desapareció el primero de octubre de 1979. El 31 de diciembre, tal como lo
requería el tratado, Estados Unidos transfirió el Canal a Panamá.
La República de Panamá asumió la responsabilidad total por la administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá al mediodía, hora oficial del Este, del 31 de diciembre de 1999. Panamá cumple con sus responsabilidades mediante una entidad gubernamental denominada Autoridad del Canal de Panamá, creada por la Constitución Política de la República de Panamá y organizada por la Ley 19 del 11 de junio de 1997.
La
Autoridad del Canal de Panamá es la entidad autónoma del gobierno de Panamá que
está a cargo de la administración, operación y mantenimiento del Canal de
Panamá. La operación de la Autoridad del Canal de Panamá está basada en su ley
orgánica y los reglamentos aprobados por su junta directiva.
La
administración del Canal sigue comprometida con el servicio al comercio mundial
con los niveles de excelencia que han sido tradicionales en la vía acuática a
través de su historia. Con inversiones prudentes en mantenimiento, programas de
modernización y de capacitación, el Canal continuará siendo en el futuro una
arteria de transporte viable y económica para el comercio mundial.
Artículo
de Carlos A. Gordón, cafeestrella@laestrella.com.pa Creado
18/12/2021 00:00.
En la
actualidad, esta región de frontera de la antigua Zona del Canal mantiene el
estigma heredado de sus antiguos ocupantes entre la Panamá abandonada, precaria
y pobre, y un espacio afluente y no integrado al resto de la ciudad. Un
testimonio físico de los conflictos sin resolver en nuestra historia.
A días
de cumplirse otro aniversario de la invasión a Panamá el 20 de diciembre de
1989, cabe la reflexión sobre la historia de esa 'quinta frontera' que
representó la Zona del Canal, y las dinámicas que de esta relación surgieron.
Tal
como señala Patricia Pizzurno en su artículo, 'Zona de contacto, espacio
intervenido en Panamá' (2011), “desde la ciudad, las representaciones de la
Zona del Canal proponían un paraíso terrenal a pocos metros de distancia. Los
panameños soñaban con vivir y trabajar allí, comprar en los comisariatos y
tener una novia gringa.
Las
narrativas presentaban una Zona blanca, limpia, ordenada, eficiente, llena de
palmeras por contraposición a la ciudad de Panamá: negra, sucia, caótica,
ineficiente, donde predominaban los palos de mango”.
¿Cómo
se comprende el retrato de estas dos ciudades una justo al lado de la otra?
Michael
Donoghue, en su libro, Border on the Isthmus: race, culture and the struggle
for the Canal Zone, (2014), aborda este tema desde la óptica de 'una
zona de frontera', entendida esta como una zona inmediatamente adyacente a una
frontera, un área porosa y abierta a una variedad de intercambios sociales,
culturales y económicos. Desde este enfoque Donoghue señala que, “dentro del
contexto latinoamericano, la Zona se erigió como el símbolo máximo de la
hegemonía y el racismo yanqui hacia los negros y los latinos.
Con
una población de más de 50 mil administradores, técnicos, trabajadores del
canal, soldados y sus dependientes, más 9 mil trabajadores que vivían del otro
lado de la línea, el enclave constituyó una de las comunidades de ultramar más
grandes de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1979”.
Según
Donoghue, “a primera vista, en 1940, la Zona parecía monolítica e invulnerable.
Pero como tantas colonias europeas en África y Asia, la Zona comprendía una
masa de contradicciones y complejidades, una 'casa dividida contra sí misma'.
Sus fisuras internas ayudan a explicar su desaparición en la era de la
posguerra, cuando las presiones externas panameñas, los cambios sociopolíticos
en la metrópoli estadounidense y las quejas internas que emanan de la propia
Zona se fusionaron para deslegitimar el enclave”.
Un
episodio que da luces sobre la relación entre la antigua Zona del Canal y la
ciudad de Panamá fue el período de la Segunda Guerra Mundial cuando, se
popularizó por “sus famosas marinadas cuando miles de marineros, infantes de
marina y soldados estadounidenses inundaron las calles de la capital y Colón.
Los soldados borrachos atacaban habitualmente a taxistas, policías, cantineros,
meseras e incluso a compradores panameños comunes”.
Esta
actividad comercial para el año 1945 representó más de $6 millones “en
prostitución y vicio”, $4 millones más que la ayuda exterior brindada por el
Gobierno estadounidense en Panamá ese mismo año. Para 1951 se estimaba que en
toda la Ciudad de Panamá había más de 250 burdeles, entre los que se
encontraban famosos sitios como, “la Gruta Azul, el Villa Amor, el Ancon Inn,
el Golden Key, el Café Tropical, el Café Fenix y La Gloria”, ubicados en
poblados como “Chilibre, El Coco, Capira, Cativá, Río Abajo y La Chorrera”.
Pizzurno,
por su parte, nos enfatiza esa visión que sobre Panamá tenían los oficiales
estadounidenses, al señalar que, “la “división muy clara” entre ambos universos
era fomentada por las autoridades zoneítas muy conscientes del servicio que
prestaban las ciudades de Panamá y Colón “como una válvula de escape, donde el
hombre podía dejar escapar vapor que puede causar una explosión en una sociedad
sin ventilación” como la de la Zona”. Con el fin de la guerra, se da una reducción
significativa del pie de fuerza militar acantonado en Panamá. Esta reducción
estuvo acompañada del desmantelamiento del aparato administrativo en la Zona
del Canal de la posguerra.
A
partir de 1951, “solo los peajes del Canal financiarían la operación del
enclave, sin subsidios del Congreso. Las restricciones fiscales obligaron a
recortar la fuerza laboral tanto estadounidense como panameña. Los empleados
civiles estadounidenses, los llamados 'zonians', cayeron de un máximo de la
Segunda Guerra Mundial de 8,550 a 3,327 en 1979, el último año de la Zona del
Canal”.
El
paisaje de esta zona de frontera entre la antigua Zona y la ciudad de Panamá,
para la década de 1970, es descrito por Donoghue, en su libro de la siguiente
manera, “viajando a lo largo de este límite desde el puente, se ve a la
izquierda la reserva militar de Quarry Heights, sede del Comando Sur de EE.UU.,
Ancón propiamente dicho, con su palacio de justicia, iglesia, escuela y
residencias privadas; el Triángulo de Shaler y la casa de huéspedes de Tívoli;
y finalmente la lavandería Ancón y el Pequeño Teatro, con la estación de
ferrocarril enfrente. A la derecha se desplomaba El Chorrillo, un extenso gueto
panameño donde los edificios de madera rematados con techos de hojalata oxidada
dejaban caer agua sobre callejones llenos de basura; el Instituto Nacional,
semillero del nacionalismo panameño; una franja de modernas tiendas que
atendían a la clientela de la Zona; el edificio Pan American Airways; el
Palacio Legislativo de Panamá; la barriada de San Miguel; y finalmente el tramo
comercial de la avenida Nacional. En el centro de este arco se encontraba la
intersección de la avenida 4 de julio con la calle J, un punto de cruce clave
para la frontera Zona-Panamá”.
Existieron
tres dinámicas que se conjugaron para que poco a poco esta situación de la
'región de frontera' que imponía la existencia de la zona –con sus burdeles y
antros– desapareciera.
Por un
lado, el surgimiento de un sentimiento nacionalista y anticolonial en las
clases medias e intelectuales en el istmo, la reducción del personal tanto
militar como civil estadounidense en la Zona del Canal, y, por último, las
negociaciones que llevaron a la firma de los tratados Torrijos- Carter en 1979.
La
invasión a Panamá remató la desaparición física y social de parte de esta
'región de frontera', la cual había subsistido al pasar de brindar servicios a
los soldados estadounidenses, a gravitar alrededor del 'Cuartel Central' y del
poder político y económico obtenido por los militares panameños a partir de la
década de 1970.
En la
actualidad, esta región de frontera de la antigua Zona del Canal mantiene el
estigma heredado de sus antiguos ocupantes entre la Panamá abandonada, precaria
y pobre, y un espacio afluente y no integrado al resto de la ciudad. Un
testimonio físico de los conflictos sin resolver en nuestra historia.
La
Zona del Canal de Panamá fue un territorio no incorporado de los
Estados Unidos enclavado en Panamá que consistía en el canal de Panamá y las
tierras, aguas y espacio aéreo circundantes. Tenía un área de 1.432 km² y se
extendía a 8,1 km a cada lado del canal, excluyendo las ciudades de Panamá y
Colón, que se encontraban parcialmente dentro de ese rango. Las fronteras de
este territorio dividían Panamá en dos partes, y fueron creadas el 18 de
noviembre de 1903 con la firma del tratado Hay-Bunau Varilla.
Desde
1903 hasta 1979 el territorio fue controlado por los Estados Unidos, que
construyeron y financiaron el Canal. Debido a los hechos acontecidos en el Día
de los Mártires, el 9 de enero de 1964, que reclamaban el retorno de la Zona
del Canal a la República de Panamá, mediante los Tratados Torrijos-Carter
firmados en 1977, comenzó la descolonización del territorio en 1979 y se
convirtieron en las Áreas Revertidas del Canal de Panamá, una zona de soberanía
compartida entre EE. UU. y Panamá. Gradualmente, dichas áreas serían transferidas
a la República de Panamá. La última bandera estadounidense fue arriada en
Balboa en la Nochevieja de 1999.
Durante
el control estadounidense de la Zona del Canal, el territorio al margen del
mismo Canal, fue usado principalmente para fines militares; sin embargo
existían aproximadamente 3000 civiles estadounidenses que vivían como
residentes permanentes. El uso militar dado por los estadounidenses cesó cuando
el territorio fue traspasado a control panameño, al igual que se retiraron los
estadounidenses que habitaban el área. Actualmente el territorio es usado para
fines comerciales, industriales y turísticos.
Zoneíta
o zoniano (inglés: Zonian) es una persona nacida o residente en la
Zona del Canal de Panamá durante la administración estadounidense, entre 1904 y
1999. Muchos de los zoneítas eran ciudadanos estadounidenses encargados del
mantenimiento del canal de Panamá, sus familiares y el personal de los
servicios dirigidos a estos. Al ser abolida la Zona del Canal de Panamá en
1979, los hijos de estadounidenses nacidos en el área después de 1979 no fueron
considerados oficialmente zoneítas. La mayoría de los estadounidenses que
residían en la zona volvieron a su país en el año 2000 una vez terminada la
transferencia a Panamá del control del canal.
Los
zoneítas miembros de la Panama Canal Society tienen reuniones anuales en
Orlando, Estados Unidos.
El
término zonian es un panameñismo derivado del inglés que designa tanto a los
zoneítas como a los bienes ubicados dentro de la Zona del Canal entre 1904 y 2000.
Zonian es usado también, en forma peyorativa, para señalar a personas racistas
o beneficiarias del sistema económico y social imperante en la Zona del Canal.
La
Lujosa Vida de los Zoneítas de Panamá, por Kate Dailey BBC,
Washington, 13 agosto 2014.
Por
casi cien años, miles de estadounidenses vivieron con todos los lujos en
tranquilas comunidades tropicales cerca de la bahía de Panamá. Se encargaban
del mantenimiento de una de las mayores obras de ingeniería del mundo, el canal
de Panamá, y se conocían como zoneítas o zonianos (por el término en inglés,
"zonians").
La
Zona del Canal de Panamá fue una colonia de Estados Unidos establecida en el
país centroamericano en 1903. Constituía un hogar lejos de casa para aquellos
estadounidenses que construyeron el canal y posteriormente se encargaban de su
mantenimiento, así como de sus familiares y los trabajadores de los servicios
dirigidos a estos.
Las
familias recibían generosos beneficios, incluidas viviendas de protección,
largas vacaciones, economatos bien surtidos y un personal amable.
Los
residentes de la zona disfrutaban del buen clima y el relajado estilo de vida
del lugar. Pero a su vez vivían en cómodas casas del estilo de su país de
origen, recibían una educación de primera clase y gozaban de todos los
beneficios que les ofrecía la ciudadanía estadounidense.
- Siempre se vio la diferencia de los grupos, la discriminación y la poca capacidad del Panameño de reconocer todo lo valioso que tenemos y que somos, para no envidiar o desear lo que existía en esta área de nuestro país.
- Es muy triste reconocer que, aunque la Zona del Canal ya no existe, que han pasado por lo menos dos generaciones y algunos panameños siguen con esa mentalidad de querer lo que supuestamente tienen los estadounidenses.
- Desde las escuelas, universidades y la academia en general debemos trabajar en reforzar nuestra ideología de patria, el nacionalismo, el valor al folklor panameño en todas sus áreas.
- Garantizar que las futuras generaciones vivan y se reconozcan como “Panameños”.
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