miércoles, 20 de julio de 2022

La Zona del Canal de Panamá

En esta investigación como parte de la asignatura de Historia de las Relaciones entre Panamá y los Estados Unidos recopilamos datos de la ubicación, el territorio, los estilos de vida, como se gobernaba y colocamos unas imágenes de cómo era La Zona del Canal en los años de vigencia.

Para los Panameños que amamos nuestra patria y que logramos ya casi al final del periodo experimentar lo que fue la Zona del Canal es muy interesante volver a leer y familiarizarnos con todo lo que aquí ocurría. También incluimos datos de lo que fueron los Zonian.

Esperamos este trabajo de investigación logre cumplir que los requisitos para la calificación y culminación de la asignatura.

 La Zona del Canal de Panamá

Entre los más grandes esfuerzos pacíficos de la humanidad que han contribuido significativamente con el progreso en el mundo, la construcción del Canal se destaca como un logro que inspira admiración. Este triunfo de ingeniería sin paralelo fue posible gracias a una fuerza internacional bajo el liderazgo de visionarios estadounidenses, que hizo realidad el sueño de siglos de unir los dos grandes océanos.

En 1534, Carlos V de España ordenó el primer estudio sobre una propuesta para una ruta canalera a través del Istmo de Panamá. Más de tres siglos transcurrieron antes de que se comenzara el primer esfuerzo de construcción. Los franceses trabajaron por 20 años, a partir de 1880, pero las enfermedades y los problemas financieros los vencieron.

En 1903, Panamá y Estados Unidos firmaron un tratado mediante el cual Estados Unidos emprendió la construcción de un canal interoceánico para barcos a través del Istmo de Panamá. El año siguiente, Estados Unidos compró a la Compañía Francesa del Canal de Panamá sus derechos y propiedades por $40 millones y comenzó la construcción. Este monumental proyecto fue terminado en 10 años a un costo aproximado de $387 millones. Desde 1903, Estados Unidos ha invertido cerca de $3 mil millones en la empresa canalera, de los cuales aproximadamente dos tercios fueron recuperados.

La construcción del Canal de Panamá conllevó tres problemas principales: ingeniería, saneamiento y organización. Su exitosa culminación se debió mayormente a las destrezas en ingeniería y administración de hombres tales como John F. Stevens y el coronel George W. Goethals, y a la solución de inmensos problemas de salubridad por el coronel William C. Gorgas.

Los problemas de ingeniería incluían cavar a través de la Cordillera Continental, construir la represa más grande del mundo en aquella época, diseñar y construir el canal de esclusas más imponente jamás imaginado, construir las más grandes compuertas que jamás se han colgado, y resolver problemas ambientales de enormes proporciones.

En 1977, Estados Unidos y Panamá se unieron en una asociación para la administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá. De acuerdo con dos tratados firmados en una ceremonia en las oficinas de la OEA en Washington, D.C., el 7 de septiembre de 1977, el Canal debía ser operado hasta el final del siglo bajo arreglos diseñados para fortalecer los lazos de amistad y cooperación entre los dos países. Los tratados fueron aprobados en Panamá en un plebiscito el 23 de octubre de 1977 y el Senado de los Estados Unidos dio su aprobación y consentimiento para su ratificación en marzo y abril de 1978. Los nuevos tratados entraron en vigor el primero de octubre de 1979.

La Comisión del Canal de Panamá, una agencia del gobierno de los Estados Unidos, operó el Canal durante la transición de 20 años que comenzó a partir de la implementación del Tratado del Canal de Panamá el primero de octubre de 1979. La Comisión funcionó bajo la supervisión de una junta binacional formada por nueve miembros. Durante los primeros 10 años del período de transición, un ciudadano estadounidense sirvió como administrador del Canal y un panameño era el subadministrador. A partir del primero de enero de 1990, de acuerdo con lo establecido por el tratado, un panameño sirvió como administrador y un estadounidense como subadministrador.

La Comisión del Canal de Panamá reemplazó a la antigua Compañía del Canal de Panamá, la cual, junto a la antigua Zona del Canal y su gobierno, desapareció el primero de octubre de 1979. El 31 de diciembre, tal como lo requería el tratado, Estados Unidos transfirió el Canal a Panamá.

La República de Panamá asumió la responsabilidad total por la administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá al mediodía, hora oficial del Este, del 31 de diciembre de 1999. Panamá cumple con sus responsabilidades mediante una entidad gubernamental denominada Autoridad del Canal de Panamá, creada por la Constitución Política de la República de Panamá y organizada por la Ley 19 del 11 de junio de 1997.

La Autoridad del Canal de Panamá es la entidad autónoma del gobierno de Panamá que está a cargo de la administración, operación y mantenimiento del Canal de Panamá. La operación de la Autoridad del Canal de Panamá está basada en su ley orgánica y los reglamentos aprobados por su junta directiva.

La administración del Canal sigue comprometida con el servicio al comercio mundial con los niveles de excelencia que han sido tradicionales en la vía acuática a través de su historia. Con inversiones prudentes en mantenimiento, programas de modernización y de capacitación, el Canal continuará siendo en el futuro una arteria de transporte viable y económica para el comercio mundial.

 La antigua Zona del Canal como una región de frontera

Artículo de Carlos A. Gordón, cafeestrella@laestrella.com.pa Creado 18/12/2021 00:00.

En la actualidad, esta región de frontera de la antigua Zona del Canal mantiene el estigma heredado de sus antiguos ocupantes entre la Panamá abandonada, precaria y pobre, y un espacio afluente y no integrado al resto de la ciudad. Un testimonio físico de los conflictos sin resolver en nuestra historia.

A días de cumplirse otro aniversario de la invasión a Panamá el 20 de diciembre de 1989, cabe la reflexión sobre la historia de esa 'quinta frontera' que representó la Zona del Canal, y las dinámicas que de esta relación surgieron.

Tal como señala Patricia Pizzurno en su artículo, 'Zona de contacto, espacio intervenido en Panamá' (2011), “desde la ciudad, las representaciones de la Zona del Canal proponían un paraíso terrenal a pocos metros de distancia. Los panameños soñaban con vivir y trabajar allí, comprar en los comisariatos y tener una novia gringa.

Las narrativas presentaban una Zona blanca, limpia, ordenada, eficiente, llena de palmeras por contraposición a la ciudad de Panamá: negra, sucia, caótica, ineficiente, donde predominaban los palos de mango”.

¿Cómo se comprende el retrato de estas dos ciudades una justo al lado de la otra?

Michael Donoghue, en su libro, Border on the Isthmus: race, culture and the struggle for the Canal Zone, (2014), aborda este tema desde la óptica de 'una zona de frontera', entendida esta como una zona inmediatamente adyacente a una frontera, un área porosa y abierta a una variedad de intercambios sociales, culturales y económicos. Desde este enfoque Donoghue señala que, “dentro del contexto latinoamericano, la Zona se erigió como el símbolo máximo de la hegemonía y el racismo yanqui hacia los negros y los latinos.

Con una población de más de 50 mil administradores, técnicos, trabajadores del canal, soldados y sus dependientes, más 9 mil trabajadores que vivían del otro lado de la línea, el enclave constituyó una de las comunidades de ultramar más grandes de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial hasta 1979”.

Según Donoghue, “a primera vista, en 1940, la Zona parecía monolítica e invulnerable. Pero como tantas colonias europeas en África y Asia, la Zona comprendía una masa de contradicciones y complejidades, una 'casa dividida contra sí misma'. Sus fisuras internas ayudan a explicar su desaparición en la era de la posguerra, cuando las presiones externas panameñas, los cambios sociopolíticos en la metrópoli estadounidense y las quejas internas que emanan de la propia Zona se fusionaron para deslegitimar el enclave”.

Un episodio que da luces sobre la relación entre la antigua Zona del Canal y la ciudad de Panamá fue el período de la Segunda Guerra Mundial cuando, se popularizó por “sus famosas marinadas cuando miles de marineros, infantes de marina y soldados estadounidenses inundaron las calles de la capital y Colón. Los soldados borrachos atacaban habitualmente a taxistas, policías, cantineros, meseras e incluso a compradores panameños comunes”.

Esta actividad comercial para el año 1945 representó más de $6 millones “en prostitución y vicio”, $4 millones más que la ayuda exterior brindada por el Gobierno estadounidense en Panamá ese mismo año. Para 1951 se estimaba que en toda la Ciudad de Panamá había más de 250 burdeles, entre los que se encontraban famosos sitios como, “la Gruta Azul, el Villa Amor, el Ancon Inn, el Golden Key, el Café Tropical, el Café Fenix y La Gloria”, ubicados en poblados como “Chilibre, El Coco, Capira, Cativá, Río Abajo y La Chorrera”.

Pizzurno, por su parte, nos enfatiza esa visión que sobre Panamá tenían los oficiales estadounidenses, al señalar que, “la “división muy clara” entre ambos universos era fomentada por las autoridades zoneítas muy conscientes del servicio que prestaban las ciudades de Panamá y Colón “como una válvula de escape, donde el hombre podía dejar escapar vapor que puede causar una explosión en una sociedad sin ventilación” como la de la Zona”. Con el fin de la guerra, se da una reducción significativa del pie de fuerza militar acantonado en Panamá. Esta reducción estuvo acompañada del desmantelamiento del aparato administrativo en la Zona del Canal de la posguerra.

A partir de 1951, “solo los peajes del Canal financiarían la operación del enclave, sin subsidios del Congreso. Las restricciones fiscales obligaron a recortar la fuerza laboral tanto estadounidense como panameña. Los empleados civiles estadounidenses, los llamados 'zonians', cayeron de un máximo de la Segunda Guerra Mundial de 8,550 a 3,327 en 1979, el último año de la Zona del Canal”.

El paisaje de esta zona de frontera entre la antigua Zona y la ciudad de Panamá, para la década de 1970, es descrito por Donoghue, en su libro de la siguiente manera, “viajando a lo largo de este límite desde el puente, se ve a la izquierda la reserva militar de Quarry Heights, sede del Comando Sur de EE.UU., Ancón propiamente dicho, con su palacio de justicia, iglesia, escuela y residencias privadas; el Triángulo de Shaler y la casa de huéspedes de Tívoli; y finalmente la lavandería Ancón y el Pequeño Teatro, con la estación de ferrocarril enfrente. A la derecha se desplomaba El Chorrillo, un extenso gueto panameño donde los edificios de madera rematados con techos de hojalata oxidada dejaban caer agua sobre callejones llenos de basura; el Instituto Nacional, semillero del nacionalismo panameño; una franja de modernas tiendas que atendían a la clientela de la Zona; el edificio Pan American Airways; el Palacio Legislativo de Panamá; la barriada de San Miguel; y finalmente el tramo comercial de la avenida Nacional. En el centro de este arco se encontraba la intersección de la avenida 4 de julio con la calle J, un punto de cruce clave para la frontera Zona-Panamá”.

Existieron tres dinámicas que se conjugaron para que poco a poco esta situación de la 'región de frontera' que imponía la existencia de la zona –con sus burdeles y antros– desapareciera.

Por un lado, el surgimiento de un sentimiento nacionalista y anticolonial en las clases medias e intelectuales en el istmo, la reducción del personal tanto militar como civil estadounidense en la Zona del Canal, y, por último, las negociaciones que llevaron a la firma de los tratados Torrijos- Carter en 1979.

La invasión a Panamá remató la desaparición física y social de parte de esta 'región de frontera', la cual había subsistido al pasar de brindar servicios a los soldados estadounidenses, a gravitar alrededor del 'Cuartel Central' y del poder político y económico obtenido por los militares panameños a partir de la década de 1970.

En la actualidad, esta región de frontera de la antigua Zona del Canal mantiene el estigma heredado de sus antiguos ocupantes entre la Panamá abandonada, precaria y pobre, y un espacio afluente y no integrado al resto de la ciudad. Un testimonio físico de los conflictos sin resolver en nuestra historia.

La Zona del Canal de Panamá fue un territorio no incorporado de los Estados Unidos enclavado en Panamá que consistía en el canal de Panamá y las tierras, aguas y espacio aéreo circundantes. Tenía un área de 1.432 km² y se extendía a 8,1 km a cada lado del canal, excluyendo las ciudades de Panamá y Colón, que se encontraban parcialmente dentro de ese rango. Las fronteras de este territorio dividían Panamá en dos partes, y fueron creadas el 18 de noviembre de 1903 con la firma del tratado Hay-Bunau Varilla.

Desde 1903 hasta 1979 el territorio fue controlado por los Estados Unidos, que construyeron y financiaron el Canal. Debido a los hechos acontecidos en el Día de los Mártires, el 9 de enero de 1964, que reclamaban el retorno de la Zona del Canal a la República de Panamá, mediante los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977, comenzó la descolonización del territorio en 1979 y se convirtieron en las Áreas Revertidas del Canal de Panamá, una zona de soberanía compartida entre EE. UU. y Panamá. Gradualmente, dichas áreas serían transferidas a la República de Panamá. La última bandera estadounidense fue arriada en Balboa en la Nochevieja de 1999.

Durante el control estadounidense de la Zona del Canal, el territorio al margen del mismo Canal, fue usado principalmente para fines militares; sin embargo existían aproximadamente 3000 civiles estadounidenses que vivían como residentes permanentes. El uso militar dado por los estadounidenses cesó cuando el territorio fue traspasado a control panameño, al igual que se retiraron los estadounidenses que habitaban el área. Actualmente el territorio es usado para fines comerciales, industriales y turísticos.

Zoneíta o zoniano (inglés: Zonian) es una persona nacida o residente en la Zona del Canal de Panamá durante la administración estadounidense, entre 1904 y 1999.​ Muchos de los zoneítas eran ciudadanos estadounidenses encargados del mantenimiento del canal de Panamá, sus familiares y el personal de los servicios dirigidos a estos.​ Al ser abolida la Zona del Canal de Panamá en 1979, los hijos de estadounidenses nacidos en el área después de 1979 no fueron considerados oficialmente zoneítas.​ La mayoría de los estadounidenses que residían en la zona volvieron a su país en el año 2000 una vez terminada la transferencia a Panamá del control del canal.

Los zoneítas miembros de la Panama Canal Society tienen reuniones anuales en Orlando, Estados Unidos.

El término zonian es un panameñismo derivado del inglés que designa tanto a los zoneítas como a los bienes ubicados dentro de la Zona del Canal entre 1904 y 2000.​ Zonian es usado también, en forma peyorativa, para señalar a personas racistas o beneficiarias del sistema económico y social imperante en la Zona del Canal.

La Lujosa Vida de los Zoneítas de Panamá, por Kate Dailey BBC, Washington, 13 agosto 2014.

Por casi cien años, miles de estadounidenses vivieron con todos los lujos en tranquilas comunidades tropicales cerca de la bahía de Panamá. Se encargaban del mantenimiento de una de las mayores obras de ingeniería del mundo, el canal de Panamá, y se conocían como zoneítas o zonianos (por el término en inglés, "zonians").

La Zona del Canal de Panamá fue una colonia de Estados Unidos establecida en el país centroamericano en 1903. Constituía un hogar lejos de casa para aquellos estadounidenses que construyeron el canal y posteriormente se encargaban de su mantenimiento, así como de sus familiares y los trabajadores de los servicios dirigidos a estos.

Las familias recibían generosos beneficios, incluidas viviendas de protección, largas vacaciones, economatos bien surtidos y un personal amable.

Los residentes de la zona disfrutaban del buen clima y el relajado estilo de vida del lugar. Pero a su vez vivían en cómodas casas del estilo de su país de origen, recibían una educación de primera clase y gozaban de todos los beneficios que les ofrecía la ciudadanía estadounidense.

 Como podemos concluir este tema: 

  • Siempre se vio la diferencia de los grupos, la discriminación y la poca capacidad del Panameño de reconocer todo lo valioso que tenemos y que somos, para no envidiar o desear lo que existía en esta área de nuestro país. 
  • Es muy triste reconocer que, aunque la Zona del Canal ya no existe, que han pasado por lo menos dos generaciones y algunos panameños siguen con esa mentalidad de querer lo que supuestamente tienen los estadounidenses. 
  • Desde las escuelas, universidades y la academia en general debemos trabajar en reforzar nuestra ideología de patria, el nacionalismo, el valor al folklor panameño en todas sus áreas. 
  • Garantizar que las futuras generaciones vivan y se reconozcan como “Panameños”.

viernes, 10 de junio de 2022

¿Cómo el escenario de crisis en el Sistema educativo panameño debe impulsar la evolución tecnológica?

Presentamos un análisis critico de ¿Cómo el escenario de crisis en el Sistema educativo panameño debe impulsar la evolución tecnológica?

En la actualidad las tecnologías educativas (TE), en los centros educativos, según mi punto de vista estamos en una etapa de implementación y formación. Son muchos los educadores en todos los niveles que ponen en práctica la TE, por ejemplo, en el Agro y en otras carreras de bachillerato técnico. Muchos de estos centros en Panamá forman parte de los planes de RSE de empresas y esto ayuda a la implementación de las TE.

Las TE implican el reconocimiento, deseo y la aspiración del docente en adquirir conocimientos, habilidades y desarrollar su potencial como principal fuerza motriz. El proceso de autoeducación y auto actualización de la persona es de gran importancia en el marco de esta tecnología. En muchos casos los docentes debemos desaprender como parte de nuestra autorrealización. 

En internet podemos encontrar material que señala los siguiente:

“La tecnología de aprendizaje orientada a la persona proporciona tres métodos básicos: Los elementos del aprendizaje se presentan en forma de tareas de varios niveles, la gran importancia del diálogo en el proceso de aprendizaje y los métodos lúdicos de aprendizaje”.

Que nos quiere decir esto: que la tecnología del aprendizaje se basa en la idea de un enfoque centrado en la persona y basado en la personalidad del alumno (entiéndase los diferentes niveles). Esta tecnología ha surgido como un contrapeso al aprendizaje tradicional y se basa en las capacidades y necesidades individuales de cada persona.

Una de las Tecnologías que debemos hacer más énfasis y que ayudaría mucho al sistema educativo panameño es la del aprendizaje lúdico, que se basa en el hecho de que el juego está en la misma relación del aprendizaje con el trabajo, ya que es una de las principales actividades del niño. El propósito principal de esta tecnología es estimular la actividad cognitiva de los estudiantes, desarrollando el interés por el conocimiento. En el caso del docente o mejor dicho las personas adultas, en Panamá creemos que no tenemos derecho a jugar y desvalorizamos este recurso tecnológico.

No puedo terminar sin mencionar la Tecnología de Formación Informática, que, si bien es a lo que muchas personas consideran TE, ya que este está basado en el uso de la tecnología de la información en el proceso de aprendizaje y las actividades se aplica a través de computadoras y otros medios multimedia. El uso de la tecnología informática hace que el proceso de aprendizaje no sólo sea moderno y cognitivo, sino también interesante para todos.

domingo, 22 de mayo de 2022

John Wesley: Obras Completas Tomo VII, La Vida Cristiana, Sobre la Esclavitud

 John Wesley: Obras Completas Tomo VII, La Vida Cristiana, Sobre la Esclavitud

Al adentrarnos en la lectura podemos entender que Wesley trata sobre asuntos de conducta tales como la vestimenta, la responsabilidad política, o la actitud cristiana hacia la esclavitud, al tiempo que reconoce el valor de los consejos y a través de toda su vida llamará a sus seguidores a una vida santa, reconociendo también el peligro de que se llegue a pensar que la santidad es el camino que conduce a la salvación, de tal modo que los creyentes, en lugar de confiar en la gracia de Dios, confíen en su propia santidad.

 

Una de las afirmaciones categóricas es que la vida cristiana subraya la importancia de la santificación para la vida y por ello las cuestiones éticas son para él de importancia fundamental. Aunque algunos elementos de la tradición wesleyana han subrayado la santificación personal, y otros han hecho caer el énfasis sobre la responsabilidad social de los cristianos, lo cierto es que para Wesley ambas cosas son inseparables.

La vida cristiana es necesariamente vida en comunidad, y por tanto la santificación ha de manifestarse, no solamente en la vida interior y en el desarrollo del carácter individual, sino también en las relaciones con los demás, y en el modo en que nos comportamos en esas relaciones, incluso las de carácter político y económico.

Según Wesley, el evangelio no reconoce ninguna religión que no sea social, ninguna otra santidad que no sea la santidad social. Y en su sermón número 24 dice: “Trataré de demostrar que el cristianismo es esencialmente una religión social, y que tratar de hacerlo una religión solitaria es en verdad destruirlo”. Por cristianismo quiero decir ese método de adorar a Dios que Jesucristo reveló a la humanidad. Cuando digo que ésta es esencialmente una religión social, quiero decir que no sólo no puede subsistir, sino que de ninguna manera puede existir sin la sociedad, sin vivir y mezclarse con los seres humanos.

Esta extensión social de la fe y de la santidad va mucho más allá de la comunidad de la iglesia, es por ello que Wesley se preocupa constantemente por la vida social, política y económica de Inglaterra. Pudimos entender en esta lectura que Wesley defendiendo la autoridad del Rey y de sus ministros, especialmente frente a la rebelión de las colonias norteamericanas.

Es muy posible y hasta probable que buena parte de lo que allí dice sobre la autoridad de los gobiernos, sobre el carácter de la libertad política, y especialmente sobre las falacias de la democracia, no sea del agrado de muchos lectores modernos.

Ciertamente, sus opiniones al respecto muestran hasta qué punto Wesley era hijo de su siglo, y reflejaba sus prejuicios de clase, de género y de nación. Pero al mismo tiempo hay que reconocer en la mayoría de sus argumentos en torno a estas cuestiones un verdadero y sincero interés por fundamentar sus posiciones políticas y sociales, no en conveniencias políticas o de clase, sino en la soberanía de Dios y los principios del amor en acción. Quizá sea por esto que, al tiempo que sus actitudes en defensa de la monarquía nos chocan, algunas de sus críticas de la idea moderna de la libertad nos hacen pensar.

El punto estelar de la ética social de Wesley es su oposición a la esclavitud, y los argumentos que emplea en ese contexto, examina varios aspectos de la esclavitud, y la condena con argumentos fulminantes. En ese contexto, es importante señalar que, aunque Wesley era por lo general conservador en cuestiones políticas, e insistía en la obligación por parte de los cristianos de cumplir la ley, en este caso no admite el argumento de que la esclavitud puede practicarse porque es legal.

 

Así dice: El gran alegato es: [estas cosas] están autorizadas por ley.

¿Pero puede la ley, la ley humana, cambiar la naturaleza de las cosas?

¿Puede transformar las tinieblas en luz, o el mal en bien?

De ninguna manera. No importan diez mil leyes, lo justo es justo, y lo incorrecto todavía es incorrecto.

IDEAS CENTRALES DEL TEXTO:

Wesley generalmente evade la trampa del paternalismo en contraste con los muchos argumentos, tanto en pro como en contra de la esclavitud, basados en una supuesta superioridad de los europeos sobre los negros.  Basa su argumentación en la humanidad esencial de los africanos, en todo semejante a la de los ingleses.

Defiende la libertad de los esclavos, libertad “a la cual un angoleño tiene el mismo derecho natural y a la cual le reconoce tan alto valor como un inglés”.

Y en otro momento habla de un esclavo que le preguntó a su amo qué le parecería si alguien viniera de África y se llevara a su mujer e hijos como esclavos, con el resultado de que el amo renunció a la esclavitud a partir de entonces.

La esclavitud fue una de las dos razones principales por las que Wesley se opuso a la independencia norteamericana. Una de ellas, frecuentemente citada, es su franca posición en defensa del Rey y de las autoridades establecidas.

Los rebeldes norteamericanos le parecían hipócritas en tanto reclamaran libertad para sí, y no para sus esclavos.

Es por eso que rechaza el reclamo por parte de los rebeldes, que desean librarse de la esclavitud. Desde el punto de vista de Wesley, los rebeldes no son esclavos, primero, porque gozan de las libertades de la mayoría de los ingleses y segundo porque hay una vasta diferencia entre su condición y la verdadera esclavitud.

 

ü  ¿Quién entonces es esclavo? Averigüe en América y lo verá fácilmente. “Observe a aquel negro que se desmaya bajo su carga, sangrando bajo el látigo. Él es esclavo”.

 

ü  ¿Y no hay diferencia entre él y su amo? Sí: el uno grita: ¡Asesinato Esclavitud! ¡El otro silenciosamente se desangra y muere!

 

ü  ¿Pero entonces dónde está la diferencia entre la libertad y la esclavitud? En que usted y yo, los ingleses en general, vamos donde queremos, gozamos del fruto de nuestros trabajos: esto es libertad. El negro no puede: eso es esclavitud.

 

ü  ¿Todo este reclamo sobre la libertad y la esclavitud, no es entonces mera declamación y juego de palabras? El otro tratado en la colección que sigue que merece especial atención es el que se refiere a las causas de la escasez y el alto precio de los comestibles.

 COMENTARIOS VALORATIVOS:

Wesley ofrece su crítica del orden económico y social de la Inglaterra de su tiempo, con base a las consecuencias que tiene para los pobres, escribe fuertes palabras contra las bebidas destiladas. Pero su oposición al alcohol no se debe tanto a su rechazo de la borrachera que sí rechaza fuertemente como a las consecuencias económicas de la práctica de utilizar buena parte del trigo que se produce para destilar alcoholes.

Todo el texto es una crítica al sistema económico de la época, su ataque a la esclavitud, y tantas otras cosas que no hemos mencionado son parte de su entendimiento de la santidad, no en teorías políticas y económicas, aunque Wesley, como cualquier otro ser humano, tenía teorías conformes con su tiempo y circunstancia, sino en esa búsqueda de la santidad que fue parte de su vida desde los días tempranos del Club Santo de Oxford, y hasta el fin de La vida cristiana.

Con relación a lo económico no sólo predicaba el compartimiento de bienes, sino que lo practicaba. Para él, parte de la santidad eran los famosos tres puntos:

  1. 1.    gana todo lo que puedas
  2. 2.    ahorra todo lo que puedas
  3. 3.    da todo lo que puedas.

Pero hay que aclarar que el segundo punto, “ahorra todo lo que puedas”, no quería decir, como parece querer decir para algunos de nosotros hoy, guarda todo lo que puedas, sino más bien, deja de gastar todo lo que puedas, para que entonces puedas darlo.

En lo político y social, los ataques de Wesley contra la esclavitud, el colonialismo y el elitismo social no eran parte de un programa político autónomo, sino de la misma búsqueda de santidad.

Con todo esto con su crítica al orden económico, al sistema colonial, a la esclavitud, y hasta a la revolución norteamericana, Wesley sencillamente está aplicando lo que dijo en aquella advertencia que citamos al principio: “El evangelio no reconoce ninguna religión que no sea social, ninguna otra santidad que no sea la santidad social”.

La Zona del Canal de Panamá